jueves, julio 16, 2020

Recuerdos gratos e imborrables de una infancia feliz


Recuerdos gratos e imborrables de una infancia feliz

Entre cánticos jocosos:
por la B, el topocho
por la I, las canillas de Prisca
por la N, el cuarascuascuá
y asi coreaban, ocurrentes respuestas
hasta que alguien decía , ¿se vale cruz chiquita?
entonces, ¡BINGO¡
Y con las cartas españolas, 31 era el favorito
esperaban ansiosamente el Cinco de Oro,
se turnaban, entre el ajiley, caída y mesa limpia.
Y para acertar a la lotería
obligante era, la visita a la bruja del cerro
que fumaba rolo ´e tabaco
que  con la llegada de los bombillos fluorescentes
desaparecieron: brujas, fantasmas y aparecidos,
y llegaron las mariposas negras
todo ello al son del Jala Jala con Riki.
Y nosotros lo más pequeños
Jugábamos: la ere, el escondío y palito mantequillero.
Recuerdo los dolores de muela
que la aliviaba el guayacol
 y dolores en las piernas,
debido al frio lomero y su neblina
donde el Linimento o  querosén, arropando mis piernas con periódico
hacían desaparecer el dolor.
Mientras nuestras mañanas lúdicas
del trompo, metras y yoyo
pasábamos a  la tonga y el fusilao
luego futbolito y pelotica é goma
como ñapa, jugábamos a los agentes fantasma
y lucha libre de Catch as Catch Can
y finalmente la cuarta etapa con el ajedrez, la piscina y la lectura
en el Parque de Recreación Dirigida.
Mensualmente el Barbero del Cerro, nos hacía el corte cuadrado.
La música apareció poco a poco
mi hermana, su canto y mandolina,
el cuatro y las maracas del hermano mayor
mi Padre y sus cantos de Andrés Cisneros.
A él, no le faltaba el cafenól para el dolor de cabeza
y dos alka seltzer para pasar el ratón,
su muroline y luego el brylcreem
para acoplar su cabellera
y el tricofero de barry para la caída del cabello
Y mi madre con su sendo litro de Jean Nate
y su colonia Jean Marie Farina
sus rolletes y sus pelucas de moda,
el modongo, las hallacas y el arroz coco,
el pescao frito y el plátano verde
no podían faltar en la mesa.
Pasé de pantaloncitos cortos al largo
Y del tubito a la bota ancha.
He de recordar mis chucherías:
Cliclet negro, simulando al chimó
el saca muela y los caramelos de leche vaquita
el majarete, los buñuelos  y los besitos de coco
Y finalmente una chicha A1
con un pan de leche.
En carnavales,
patotas con pintura, harina y huevos
y a la espera un pozo de lodo
y por las noches los grandes bailes en los templetes
un paltó al revés y una máscara del dragón chino.
En semana santa, menciono la quema de judas
el palo ensebao, el cochino engrasao
las carreras de saco, el dominó y el juego de bolas de adultos
Para Navidad y Año nuevo
Los estrenos del 24 y del 31
Al niño Jesús, le pedíamos una bicicleta
y solo aparecían, carritos o muñequitos
y si no, a esperar  los Reyes.
Eso sí, lo mejor fue patinar en misas de aguinaldo en Pagüita,
con sendos Winchester de metal con mis USKeds
De los viajes en vacaciones escolares,
era obligatorio el destino hacia Las Lomas del Rosario en Jají del estado Mérida
tierra natal de mi Padre y Puerto Santo en Carúpano del estado Sucre, tierra de mi Madre
y los fines de semanas: La Zorra en Catia la Mar e Higuerote en la Carpa de la Señora Fabiana,
nuestra querida vecina. Y aquellas excursiones para la Ciudad de Los Muchachos con
los jóvenes de acción.
En fin, recuerdos gratos de una Catia ejemplar,
grandes amigos, grandes amigas, grandes vecinos, grandes sobrenombres,
El Ratón, La Maestra “Gorda Gladys”, La Flaca Luisa, La Vieja Prisca, El Viejo Asciclo, Tulo, Negrín, Mamiro, Midón, Mentira Fresca, Pichón, Pipi, Topochao, Pingo Loco, El Loco Alex, El Viejo, Arruinao, Los Mata Chicas, Teja, Chelí, Café, El Gordo Tata, Los Timotocuicas, El Gordo Arocha, Cagüelo, Las Parapalos, Pipote, Camíón, Papito, La Niña, La Negra, Pelón, Poporra, Chanto, Pachi, El Morocho Guazón, El Cochino, Oreja, Guillao, Cuero, El Negro, Caucagüita, Nené, Cachapa, Frente ´e Papa, Mira Poquito, Chichiruti, Pan Duro, Güicho, Chuna, Chorrito ´e Miao, El Mono William,
Etc, etc, etc
Oparedes 10 de mayo 2020